El consumidor es quien termina pagando las prestaciones y beneficios sociales de los trabajadores.
Cada vez que hay una nueva ley que obliga a la empresa dar una prestación adicional a sus trabajadores, visualiza que en realidad la empresa deberá subir los precios de sus productos y servicios para conservar su márgen de ganancia y al final serán los consumidores quienes terminan pagando la prestación.
Si es el gobierno quien realiza el pago de la prestación adicional a los trabajadores, tarde o temprano deberá aumentar los impuestos a las empresas para recuperar lo gastado. Las empresas deberán subir los precios de los productos y servicios. Nuevamente son los consumidores quienes terminan pagando la nueva prestación.
Si el gobierno regala dinero y no aumenta impuestos, tendrá que imprimir más billetes de la nada, sin respaldo. Esto hará que la moneda del país pierda valor y todos los que tengan ahorros o cobren un salario fijo, les alcance para menos cosas en el súper.
En resumen, toda nueva prestación será finalmente pagada por los mismos trabajadores, que son los consumidores de esos productos y servicios.
No existe dinero público o dinero del gobierno.
Solo existe el dinero ganado por las personas.
Y el gobierno solo gasta el dinero ganado por las personas.