(Verso I)
Me miras esperando el anillo de compromiso en mis manos,
El brillo, el juramento que nos haga cercanos.
Yo sostengo esta joya, mi amada, mi reina,
Pero antes de entregártela, escucha con atención.
La gente se casa por costumbre, por miedo, por calma,
Pero yo, mi novia, ¡busco el fuego de tu alma!
No es suficiente el pan, no es suficiente el techo,
Ni los paseos por la tarde, ni el respeto a mi lecho.
Me caso para tener... ¡sexo! Lo digo sin velo,
Me caso por la intensa llama de nuestro deseo.
Esa es la base, el motor, la causa de mi ruego,
Si falta ese ardor, ¡el matrimonio es juego!
(Coro)
¡No es un secreto, no! ¡Que no haya misterio!
El deseo sexual es la mitad de este imperio.
No creas que se entiende, ¡que la regla está implícita!
Te digo hoy en tu oído: ¡Una Cláusula Explícita!
Si el sexo se nos va, si hacer el amor se vuelve esquivo,
Este anillo es mentira, mi amor, ¡y yo no sigo vivo!
(Verso II)
Mira que la calle tiene su historia, tiene su herida:
Muchas parejas que viven sin hacer el amor en la vida.
La estadística es dura, mi compañera querida,
Que si a los cuatro años, esa pasión está extinta, ¡despedida!
Generalmente es la mujer quien lo niega, lo frena,
Quien se excusa en el cansancio o en la nueva pena.
Yo te quiero con ganas, con tu entrega total,
Con ese deseo sexual que me parece vital.
Si tú crees que la cama es solo para dormir,
Entonces mi propuesta es mejor que la dejes ir.
Yo no busco una socia, busco el cuerpo encendido,
Que el sexo sea el pacto que jamás fue omitido.
(Coro)
¡No es un secreto, no! ¡Que no haya misterio!
El deseo sexual es la mitad de este imperio.
No creas que se entiende, ¡que la regla está implícita!
Te digo hoy en tu oído: ¡Es una Cláusula Explícita!
Si el sexo se nos va, si hacer el amor se vuelve esquivo,
El anillo es mentira, mi amor, ¡y yo no sigo vivo!
Puente
El diamante te espera, aquí, brillando en mis manos,
Y sella la promesa de ser dos amantes y no hermanos.
Si por cualquier razón tu deseo sexual se ausenta,
Y el hacer el amor ya no te representa,
Sabrás que la consecuencia no admite clemencia:
La pareja se rompe, se extingue la esencia.
No es capricho, no es chantaje, es mi requisito,
de que el sexo en la unión jamás sea prohibido.
(Coro)
¡No es un secreto, no! ¡Que no haya misterio!
El deseo sexual es la mitad de este imperio.
No creas que se entiende, ¡que la regla está implícita!
Te digo hoy en tu oído: ¡Es una Cláusula Explícita!
Si el sexo se nos va, si hacer el amor se vuelve esquivo,
El anillo es mentira, mi amor, ¡y yo no sigo vivo!
(Outro)
Piensa muy bien esta cláusula antes de ponerte este anillo de compromiso, mi amor.
Y recuerda que para mí el sexo te hará mi reina... y a mí tu rey.
(En voz baja, dramático)
Si el deseo se apaga... ¡adiós!
¡Y yo no sigo vivo!